martes, 6 de septiembre de 2011

Día 29: uno que se haya robado

Corre conejo, de John Updike
La verdad es que este libro encaja perfectamente en la categoría “uno que lo haya sorprendido por bueno”, porque siempre tuve prejuicios con él: lo veía en todas las librerías de segunda mano prácticamente regalado y en distintas ediciones. Si nadie lo quería aun siendo tan barato por algo sería, pensaba. Lo incluyo en esta categoría porque efectivamente lo robé, y no he robado muchos libros (sólo recuerdo otros dos, y no son de literatura). Se lo robé, por supuesto, a una amiga, en su casa. No soy capaz de robar un libro en una librería. No estoy seguro de que ella sepa que lo robé o que recuerde que me lo prestó (y espero que no lea este post). Se lo pedí prestado porque no quería comprarlo a ningún precio y porque de algún modo esperaba no leerlo y devolverlo pronto. Lo leí, me encantó, y me lo quedé. Ahora soy fanático de Updike. Tras Corre conejo he leído varias novelas suyas y todas me han parecido geniales. 

5 comentarios:

  1. Las tres hijas de su madre, de Pierre Louys

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  2. "Erase una vez el amor pero tuve que matarlo" de Efraim Medina.

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  3. No soy religioso. Si he seguido el mandamiento del "no robarás" lo mejor que he podido, es por un acto de conciencia. No robo porque se trate de un pecado, sino por el daño que dicha acción tiene sobre los demás. Y si algo nos enseñó Markus Zusak es que robar libros con sabiduría realmente no le hace mal a nadie. Todo lo contrario. Incluso robar tiene su arte. Nunca revelaré el lugar y la hora en que se llevó acabo el golpe(ya saben, un policía podría estar leyendo esto), solo diré que fue "en una especie de feria". Uno no roba libros con un fin enteramente egoísta (o al menos, no tan fatalista), simplemente es algo que sientes que debes hacer. Si algún día tengo hijos (o discípulos) les pondré eso como prueba final hacia la madurez. En fin. Uno de los primeros libros que robé con el corazón en la garganta y sudor frío fue: "Dioses menores" de Terry Pratchett. Me llamaron la atención el tipo de cosas que deben hacerlo al momento de la acción: portada llamativa, título excitante, reseña hilarante y el elogio de un autor. Aún no he podido leerlo, pues descubrí que era solo una pequeña parte de la gran saga satírico-épica del "Mundodisco". Por fin conseguí "El color de la magia", y espero muy pronto adentrarme en esta saga que marcó mi vida.

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  4. Unos cuentos ejemplares del Diccionarios de Filosofía de Ferrater Mora. Era estudiante, no tenía un duro (aún vivíamos en la era de la peseta),robé uno a uno, a lo largo de varios días, algunos ejemplares de este Diccionario en El Corte inglés, convencida de que estaba socializando la cultura.

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  5. ''Dejad que los cadáveres se bronceen''.

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